Todo Festival que se precie cuenta con sus productos típicos, y este festival del cuento gaditano tambien cuenta con narradores típicos; no porque demuestren un gaditanismo exacerbado ni porque se hayan criado en la caleta, no porque coman con verdadera pasión los choquitos fritos de las flores ni porque canten el popurrí de los borrachos en algunas noches de ron y mojitos, ni siquiera porque se hayan dejado enganchar por el adictivo sabor de las empanadas del gallego, ni porque el pisha salga de su boca como en un 3x4...no.
El narrador típico es el que repite, y repite, y repite...el que siempre viene, aunque no pueda. El que a pesar de una mala combinación de viaje y trabajo, o de wiskeys, o de aire frío y garganta caliente, viene.
Y no es por dinero, no (¿dinero nosotros?, ¿en cádiz?, si fuera un festival de cuentos de semana santa o carnaval quién sabe...), es por amistad y buen rollo. Porque eso es nuestro festival, buen rollo, angel, calidad humana y esfuerzo por sacar adelante este proyecto con muchos deseos y pocos materiales.
A ellos gracias, mil gracias, siempre habrá un abrazo y una camita en nuestra casa.
El narrador típico es el que repite, y repite, y repite...el que siempre viene, aunque no pueda. El que a pesar de una mala combinación de viaje y trabajo, o de wiskeys, o de aire frío y garganta caliente, viene.
Y no es por dinero, no (¿dinero nosotros?, ¿en cádiz?, si fuera un festival de cuentos de semana santa o carnaval quién sabe...), es por amistad y buen rollo. Porque eso es nuestro festival, buen rollo, angel, calidad humana y esfuerzo por sacar adelante este proyecto con muchos deseos y pocos materiales.
A ellos gracias, mil gracias, siempre habrá un abrazo y una camita en nuestra casa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario